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Marcela V.R. compartilhou a foto de Revolución Real Ya
Comunicado de los titiriteros Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente:
14 de Febrero de 2016
En primer lugar queremos agradecer inmensamente todo el apoyo que hemos recibido, tanto de nuestros familiares y amigos, como de toda la gente que se ha organizado para ayudarnos de una u otra manera, tanto en la calle, como en los medios de comunicación, de manera individual y de manera colectiva. Nos llena de emoción y es lo que nos hace mantenernos fuertes. De verdad, gracias.
Queremos decir que estos días han supuesto una experiencia difícil; hemos sido detenidos y posteriormente encarcelados por realizar nuestro oficio, por representar la obra que, con tanta ilusión y trabajo, habíamos creado. Hemos sido difamados por algunos medios de comunicación mientras permanecíamos en prisión y ahora estamos sintiendo las heridas que han abierto en nuestros seres queridos.
Con nuestra obra no pretendíamos aleccionar a nadie y muchos menos a los niños y niñas, sino tan sólo contar una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad que nos ha tocado vivir estos días. Nosotros no somos todo lo que cada títere pueda decir o le pueda ocurrir en cada escena. Es importante subrayar que la obra de títeres que representamos el pasado viernes era una sátira. Con ella pretendíamos reflexionar sobre algunas situaciones, a nuestro juicio injustas e inmorales, que se dan hoy en día en nuestra sociedad. Y lo queríamos hacer, además, recuperando a don Cristóbal, ese oscuro personaje tradicional que rondó los teatrillos populares de este país hasta que llegó la guerra civil, esa que acabó con muchas cosas, como con el propio don Cristóbal, o con la libertad de expresión.
Esa libertad de expresión que creíamos que era un derecho fundamental, la misma que permite decir las cosas que al de al lado no le gustan, o no le apetece oír, o incluso le horroriza escuchar. Porque la libertad de expresión no es el derecho de decir sólo lo que uno quiere escuchar. Quien la entienda así, en realidad no cree en ella.
No pretendíamos ofender a nadie con nuestro espectáculo y por eso advertimos al público antes de comenzar de que los personajes realizaban actos atroces y violentos. A las personas que decidieron quedarse y se sintieron ofendidas les pedimos disculpas pues esta nunca fue nuestra intención, como tampoco lo fue enaltecer el terrorismo, ni incitar a la violencia o al odio.
Tan solo nos queda destacar la preocupación que sentimos ahora. Que sentimos nosotros, Alfonso y Raúl, pero también todos y todas las que inventamos historias, las que les damos forma, y las que las interpretamos. La preocupación de que un día llegue don Cristóbal con su cachiporra y nos golpee, como hizo el otro día, porque no le gustó la función.
Comunicado de los titiriteros Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente:
14 de Febrero de 2016
En primer lugar queremos agradecer inmensamente todo el apoyo que hemos recibido, tanto de nuestros familiares y amigos, como de toda la gente que se ha organizado para ayudarnos de una u otra manera, tanto en la calle, como en los medios de comunicación, de manera individual y de manera colectiva. Nos llena de emoción y es lo que nos hace mantenernos fuertes. De verdad, gracias.
Queremos decir que estos días han supuesto una experiencia difícil; hemos sido detenidos y posteriormente encarcelados por realizar nuestro oficio, por representar la obra que, con tanta ilusión y trabajo, habíamos creado. Hemos sido difamados por algunos medios de comunicación mientras permanecíamos en prisión y ahora estamos sintiendo las heridas que han abierto en nuestros seres queridos.
Con nuestra obra no pretendíamos aleccionar a nadie y muchos menos a los niños y niñas, sino tan sólo contar una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad que nos ha tocado vivir estos días. Nosotros no somos todo lo que cada títere pueda decir o le pueda ocurrir en cada escena. Es importante subrayar que la obra de títeres que representamos el pasado viernes era una sátira. Con ella pretendíamos reflexionar sobre algunas situaciones, a nuestro juicio injustas e inmorales, que se dan hoy en día en nuestra sociedad. Y lo queríamos hacer, además, recuperando a don Cristóbal, ese oscuro personaje tradicional que rondó los teatrillos populares de este país hasta que llegó la guerra civil, esa que acabó con muchas cosas, como con el propio don Cristóbal, o con la libertad de expresión.
Esa libertad de expresión que creíamos que era un derecho fundamental, la misma que permite decir las cosas que al de al lado no le gustan, o no le apetece oír, o incluso le horroriza escuchar. Porque la libertad de expresión no es el derecho de decir sólo lo que uno quiere escuchar. Quien la entienda así, en realidad no cree en ella.
No pretendíamos ofender a nadie con nuestro espectáculo y por eso advertimos al público antes de comenzar de que los personajes realizaban actos atroces y violentos. A las personas que decidieron quedarse y se sintieron ofendidas les pedimos disculpas pues esta nunca fue nuestra intención, como tampoco lo fue enaltecer el terrorismo, ni incitar a la violencia o al odio.
Tan solo nos queda destacar la preocupación que sentimos ahora. Que sentimos nosotros, Alfonso y Raúl, pero también todos y todas las que inventamos historias, las que les damos forma, y las que las interpretamos. La preocupación de que un día llegue don Cristóbal con su cachiporra y nos golpee, como hizo el otro día, porque no le gustó la función.
Comunicado de los titiriteros Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente:
*tradução automática para o português:
Comunicado dos marionetes Raúl García Pérez e Alfonso Lázaro da fonte:
14 de fevereiro de 2016
14 de fevereiro de 2016
Em primeiro lugar, queremos agradecer imensamente todo o apoio que
recebemos, tanto de nossos familiares e amigos, como de toda a gente que
foi organizado para nos ajudar de uma forma ou de outra, tanto na rua,
como nos meios de comunicação, de Maneira individual e colectivamente.
Nos enche de emoção e é o que nos faz ficar fortes. De verdade,
obrigado.
Queremos dizer que estes dias têm uma experiência difícil; fomos detidos e posteriormente detidos por realizar o nosso ofício, por representar a obra que, com tanta ilusão e trabalho, tínhamos criado. Temos sido difamado por alguns meios de comunicação enquanto nós permanecemos na prisão e agora estamos a sentir as feridas que abriram em nossos entes queridos.
Com a nossa obra não queríamos dar lições a ninguém e muito menos para os meninos e meninas, mas tão só contar uma história de ficção que infelizmente tem muitas semelhanças com a realidade que nos tocou viver estes dias. Nós não somos tudo o que cada boneco possa dizer ou lhe possa ocorrer em cada cena. É importante salientar que a obra de fantoches que representamos o passado sexta era uma sátira. Com ela pretendíamos reflectir sobre algumas situações, a nosso ver injustas e imorais, que são dadas hoje em dia em nossa sociedade. E o que queríamos fazer, além disso, a recuperar a Dom Cristóvão, aquele escuro personagem tradicional que girava os teatrillos populares deste país até que chegou a guerra civil, aquela que acabou com muitas coisas, como com o próprio Dom Cristóvão, ou com a liberdade de Expressão.
Essa liberdade de expressão que pensávamos que era um direito fundamental, a mesma que permite dizer as coisas que ao de ao lado não gosta, ou não quer ouvir, ou até mesmo lhe horroriza ouvir. Porque a liberdade de expressão não é o direito de dizer apenas o que você quer ouvir. Quem a compreenda bem, na verdade não acredita nela.
Não queríamos ofender ninguém com nosso espetáculo e por isso sentimos ao público antes de começar que os personagens realizavam actos hediondos e violentos. Para as pessoas que decidiram ficar e se sentiram ofendidas pedimos desculpas, pois esta nunca foi nossa intenção.
Queremos dizer que estes dias têm uma experiência difícil; fomos detidos e posteriormente detidos por realizar o nosso ofício, por representar a obra que, com tanta ilusão e trabalho, tínhamos criado. Temos sido difamado por alguns meios de comunicação enquanto nós permanecemos na prisão e agora estamos a sentir as feridas que abriram em nossos entes queridos.
Com a nossa obra não queríamos dar lições a ninguém e muito menos para os meninos e meninas, mas tão só contar uma história de ficção que infelizmente tem muitas semelhanças com a realidade que nos tocou viver estes dias. Nós não somos tudo o que cada boneco possa dizer ou lhe possa ocorrer em cada cena. É importante salientar que a obra de fantoches que representamos o passado sexta era uma sátira. Com ela pretendíamos reflectir sobre algumas situações, a nosso ver injustas e imorais, que são dadas hoje em dia em nossa sociedade. E o que queríamos fazer, além disso, a recuperar a Dom Cristóvão, aquele escuro personagem tradicional que girava os teatrillos populares deste país até que chegou a guerra civil, aquela que acabou com muitas coisas, como com o próprio Dom Cristóvão, ou com a liberdade de Expressão.
Essa liberdade de expressão que pensávamos que era um direito fundamental, a mesma que permite dizer as coisas que ao de ao lado não gosta, ou não quer ouvir, ou até mesmo lhe horroriza ouvir. Porque a liberdade de expressão não é o direito de dizer apenas o que você quer ouvir. Quem a compreenda bem, na verdade não acredita nela.
Não queríamos ofender ninguém com nosso espetáculo e por isso sentimos ao público antes de começar que os personagens realizavam actos hediondos e violentos. Para as pessoas que decidiram ficar e se sentiram ofendidas pedimos desculpas, pois esta nunca foi nossa intenção.
Comunicado de los titiriteros Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente:
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